Esa tarde era la última en soledad
y no lo sabía.
Todo sucedio como de costumbre
con prisas y con descansos,
el fin de los antojos,
el fin de los golpes desde la oscuridad,
el fin de las compras previas,
el fin de los controles pre natales,
el fin de la curiosidad por su rostro,
y el fin de la espera.
Nunca había esperado tanto por alguien
sin saber con certeza la hora en que llegaría.
No se maquillo ni fue al salon por un peinado,
tampoco se puso su vestido de gala,
sólo dejo pasar el día.
Esa noche la llamaron desde dentro,
salio corriendo, llego al hospital, se hizo paciente,
y se aguanto el dolor mientras hacia lo necesario
para conocerle.
Esa noche nacio su hijo,
esa noche se acabo la oscuridad,
esa noche tenia un motivo vivo
para siempre.
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